domingo, 23 de octubre de 2011

Lo quiero, pero no al lado de mi casa

Es el deseo de casi todos es llamar al colmado, y que en menos de 3 minutos nos traigan nuestro botellón de agua, cerveza sopita o cualquier otra cosa.

A todos nos gustaría tener el colegio de nuestros hijos a escasas cuadras de la casa, así se puede evitar la fatiga de los tapones en un largo recorrido en esas horas pico, que saben sacar lo peor
que hay en uno.

A todos nos encantaría que los hijos, cuando llegue su edad, puedan vivir en un apartamento cerca de la casa, donde se pueda acudir en su ayuda ante cualquier eventualidad, o simplemente para visitar, además así, puede vivir en el mismo sector que lo vio crecer.

Lo ideal para mantener el sector tranquilo es que exista un activo patrullaje policial en la zona.

A todos nos gusta que cuando una persona cometa un crimen atroz, lo metan en la cárcel por muchos años.

Ahora, nadie quiere tener un colmado con delivery al lado de su casa, eso arrabaliza el entorno, y la bulla de esos motores saliendo a cada minuto es intolerable. NO A LOS COLMADOS

Quien permite que le instalen un colegio al frente de su casa o al lado, eso no puede ser, mi zona donde vivo es residencial, no comercial, NO A LOS COLEGIOS. No en mi calle.

Porque permiten la construcción de torres por los delincuentes ingenieros que hacen lo que le da la gana en las inmediaciones de nuestra casa. Eso no se puede permitir, los servicios no son suficientes, la calle no aguanta más carros, la luz no da, el agua tampoco. NO A LOS EDIFICIOS.

¿Un destacamento de policía por la casa? No puede ser, eso arrabaliza después están llevando delincuentes a ese sitio y dejándolo preso ahí a escasos metros de donde duermo, el macuteo mal olor edificio o local feo. NO A LOS DESTACAMENTOS.

Una cárcel por mi casa, imposible, eso no puede ser arrabaliza el entorno, y es muy peligroso, ¿delincuentes presos por mi casa????? NO A LAS CARCELES.

Que paradoja de la vida, nos oponemos a todo lo que nos da lo que queremos, es como si la naturaleza humana fuera trancar el paso al que quiere pasar. ¿Cuántas veces no le tocas bocina al carro que pone la direccional para ocupar tu carril delante de ti? Sencillamente para que no se meta ahí, y ¿cuantas veces has acelerado para atajarlo?.

Tenemos que ampliar nuestra mente y superar el instinto de cavernícola que tenemos en el fondo de nuestro cerebro de oponernos a todo lo que otro haga, incluso los que nos beneficia y nos da precisamente lo que queremos, o lo que puede querer el resto de la sociedad.